Nash M. Davis

Nash es un chico bastante transparente por propia iniciativa ya que no se guarda casi nada para él, suelta todo lo que se le pasa por la mente y, en ocasiones, no lo filtra lo que le ha podido causar algún que otro problema. Osea que si, Nash es un bocazas sin remedio que no sabe cuando debe callarse algo y cuando debe soltarlo para no herir los sentimientos ajenos. Pero luego se da cuenta enseguida de cuando ha hecho daño y no se le caen los anillos para disculparse, pero eso es algo a lo que no se le puede obligar: si no lo siente, no va a pedirte perdón, no es un hipócrita.
Entre sus aficiones se encuentran sus visitas al aula de castigo y sus peculiares maneras de meterse en líos. Desde presentarse en el baño de chicas "por casualidad" hasta envolver con papel higiénico la estatua del águila que da paso a la sala común de Ravenclaw. En resumen, a Nash le gusta eso de ser el eterno castigado pues ser un nacido de muggles dentro de Hufflepuff no te da para ser algo más, teniendo en cuenta que es la casa con más cantidad de este tipo de magos. Eso nos lleva a que Davis necesita que la gente preste su atención en él continuamente, tiene miedo de ser ignorado y de que nadie se percate de su existencia. Quizá este y su bocaza sean sus mayores defectos.
Pero no todo es malo. Nash tiene un fuerte sentido de la justicia, como es de esperar en la casa de los tejones. Por eso no se enfada cuando lo castigan por haberla liado, porque sabe que es lo que corresponde cuando haces algo malo. Y por eso se enfada cada vez que ve como le tratan algunos de sus compañeros sangre pura a él y a otros tantos "sangre sucia". Esto es posiblemente lo que más le encienda y le cabree pues él considera que tiene el mismo derecho a estar en Hogwarts que todos los puristas. De modo que Nash defenderá aquello que considera justo hasta desgañitarse el alma si es necesario. Lo que nos lleva a su altruismo. Nash Davis, aunque no le guste reconocerlo, es un hombre que da mas de lo que recibe. Todo lo que hace es, en apariencia, por él mismo pero en realidad es para alguien más. Si lucha por los derechos de los nacidos muggles y de los muggles, no es por él mismo, sino por todos sus compañeros en las mismas condiciones y por su familia muggle. Si le pides un favor, parecerá que se lo está pensado pero en realidad le cuesta muy poco aceptar ayudarte. Pero igual que ayuda no le gusta ser ayudado. Es bastante independiente y le gusta hacer el solo las cosas. Para que algo salga bien, debes de hacerlo tu mismo, y no le importa deslomarse para que así sea, el trabajo duro no le asusta. Aunque la verdad es que le da palo pedir ayuda cuando la necesita.
Nash es leal, pero no es fiel. Y con esto me refiero a que si alguien confía en él, recibirá lo mismo, pero si haces un trato con él o algo parecido y otra persona le ofrece algo mejor, te dará plantón. Aunque esto no puede acoplarse a todas las partes de su vida. Por ejemplo, en el amor. Si Nash comienza una relación con una chica, esta recibirá por su parte toda la lealtad y la fidelidad de Nash, en todas las materias. Nash valora mucho el ámbito de las relaciones y de la familia. Pero eso no deja de lado el hecho de que también es algo mujeriego, si puede permitírselo. Si una chica solo le gusta físicamente, en ningún momento le prometerá el cielo para atraerla, no es un mentiroso, aunque tampoco le dirá a la cara que la quiere para refrotarse con algo, simplemente lo maquillará un poco. Pero si se da el extraño caso de que se enamoré, Nash no necesitará otra cosa en el mundo aparte de que ella sea feliz, sin importar si quiere estar con él o no. No va a insistir demasiado cuando le dicen que no, no es un arrastrado. Aunque en lo que corresponde a la amistad es muy diferente. Para el sus amigos son su familia, y más teniendo en cuenta que su verdadera familia está tan lejos de él y solo puede hablarla mediante una lechuza. Defenderá a sus amigos a capa y espada, y valorará que ellos hagan lo mismo por él. Siempre tendrá tiempo para ellos y, sobre todo, ganas.

Nash nació en Belfast, Irlanda del Norte, en el Hospital General de la ciudad norirlandesa pero en cuanto le dieron el alta cambió la habitación de hospital que compartía con su madre por la casita que la familia Davis poseía en un pueblo cercano a Belfast. Allí Nash vivió con su familia muggle como cualquier otro niño, salvó quizás por algunas acciones que a los ojos de cualquier persona corriente podrían parecer extrañas como un vaso que levitaba por la cocina, un dinosaurio de juguete que cambiaba de tamaño, una puerta que se abría sin que nadie la tocara, entre otras cosas. La familia de Nash era una familia de clase media-baja formada por un profesor de escuela, una ex-enfermera entregada a su familia, una adolescente bastante tikismiquis y un niño que de vez en cuando hacia levitar sus propios juguetes. Lo más normal, vaya. Aunque su familia siempre encontraba una retorcida forma de explicar lo que le sucedía al pequeñajo de la familia.
Siete años después de su nacimiento, Nash se vio obligado ha hacer las maletas y a mudarse a la capital Belfast con su familia cuando a su padre le dieron trabajo como profesor en un colegio de la ciudad. Para Nash fue un gran paso, aunque dejó de poder corretear por todas las calles de su pueblo y de vivir en una preciosa casa con jardín a vivir en un pisito de 60 metros cuadrados y tener que volver a casa siempre antes de que anochezca. Pero Nash no perdió su carisma y en seguida se asentó a su nueva vida en la gran ciudad. Pronto hizo nuevos amigos con los que se movía de aquí para allá sin pisar por casa, hasta el toque de queda, claro. Pero la tranquilidad se acabo cuando recibió una visita inesperada en su casa unos días antes de que cumpliera 11 años. Se trataba de una señora de mediana edad que tenía la loca idea de que Nash no era un humano normal y corriente sino que pertenecía a la raza de los magos y por eso de vez en cuando sucedían cosas extrañas a su alrededor. Nash había sido aceptado en la escuela de Hogwarts para magos y debía de trasladarse a la escuela en Escocia para comenzar sus estudios. Nash no lo dudo dos veces antes de hacer la maleta, aunque le costó algo más despedirse de su familia y sus amigos.
Cuando se sentó en el taburete y le colocaron el sombrero seleccionador sobre la cabeza, este no tardó mucho en gritar "Hufflepuff" y mandar al muchacho a la casa de los tejones. Nuevamente, tardó poco en asentarse y sentirse como en casa y, claro, mucho menos todavía en encontrar amigos en la casa Hufflepuff. Aquí descubrió todo un mundo que le fascinó por completo, desde música hasta deportes. Desde su primera clase con la escoba empezó a cogerle el gustillo a eso y a jugar al quidditch con los amigos que hizo en la escuela mágica. Sus notas no eran de las mejores, pero él tenía suficiente con aprobar y aprender los trucos necesarios para ir liándola por la escuela a su manera. Si, bueno, Nash pronto comenzó a ser un fanático de la sala de castigo pues se pasaba por allí cada semana.
No fue hasta que llegó a su quinto año que Nash se metió el turbo para conseguir unos buenos TIMOS. Quizá no tenía claro que quería estudiar en un futuro pero prefería tener unas buenas notas para poder tener un abanico mayor de posibilidades. Y actualmente cursa su séptimo y ultimo año en la escuela, y sigue esforzándose en sus EXTASIS. Todo sea por conseguir un buen trabajo y ayudar a su familia, que no pasa por uno de sus mejores momentos.

Fecha de nacimiento: 7 de septiembre de 1978
  Lugar de nacimiento: Belfast, Irlanda del Norte, Reino Unido
  Lugar de residencia: Belfast, Irlanda del Norte
  Varita: Fibra de corazón de dragón, madera de cornejo, 24 cm, semiflexible.
  Mascota: Un mochuelo común joven llamado Bowie por el cantante inglés.
  Gustos: La música muggle, sus cantantes favoritos son David Bowie y Jon Bon Jovi. Le gustan también los dulces, sobre todo el chocolate en cantidades industriales. Los comics son su tipo de lectura favorita, adora a Flash y a Superman, pero Marvel también le gusta. Adora el quidditch, es su deporte favorito junto al fútbol. Los Murciélagos de Ballycastle en quidditch y Cliftonville FC en fútbol son sus equipos favoritos.
  Disgustos: Que se metan con su sangre muggle, evidentemente, le molesta mucho. Odia el limón, le sienta mal y le sabe peor. No le gustan los que van de que lo saben todo y le miran por encima del hombro, les partiría la boca sin pensárselo. Recientemente ha descubierto que detesta el sabor del zumo de calabaza, es lo peor que podrían haber inventado los magos. Tener que explicarle a algunos de sus amigos magos quien es Superman. Su segundo nombre, Marion, es lo que más odia en este mundo.
  Manías: Cuando esta pensativo o concentrado suele coger un mechón de su flequillo y enrollarlo con un dedo.
  Miedos: Teme ser expulsado del mundo mágico y perder todo lo que ha conseguido en este, desde objetos fantásticos hasta sus amistades.
Le dan miedo las serpientes, si ve una cogerá lo primero que pille y le arreara a la serpiente con ello.
  Datos extra: Tiene un tatuaje en el antebrazo izquierdo en el que pone "Superman... I love him". Ni siquiera recuerda que le llevó ha hacérselo pero le encanta, se lo hizo en el verano antes de empezar el séptimo curso en Hogwarts.
Juega en el equipo de quidditch de su casa.
Es bastante alto, mide 1,88 metros.
Es zurdo.
La única asignatura en la que tiene un E es en Defensa Contra las Artes Oscuras.
Su amortentia huele a cómics nuevos, al césped de un campo de deportes y a champú femenino.
Su patronus es un gran danes.